LA NUEVA ESTRUCTURA SOCIAL DE ARGENTINA
Estudio realizado por la Asociación Argentina de Marketing.
Lugar: Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Tucumán y Mar del Plata.
Tipo: 5400 entrevistas probabilísticas en hogares representativos de la población de los grandes centros urbanos.
La década del 90 quedo atrás y, con ella, muchas teorías y formas de segmentar la composición de la sociedad argentina. Las estructuras de clases caducaron y ya no son efectivas para entender los tiempos actuales.
El paradigma de la sociedad ascendente, a pasado al olvido, y en su reemplazo el día a día, de la cada vez más exigua clase media argentina busca mantenerse y evitar su extinción.
Sin embargo, pese a crisis económica que obligo a infinidad de argentinos a sacrificar su estilo de vida, perdura en la sociedad el sentimiento de pertenencia a determinado status; a medida que transcurre el tiempo, la sociedad se aleja de dicha crisis y conforma una nueva configuración estructural. Esto no quiere decir que desapareció la muy mala situación económica y baja calidad de vida, sino que esta condición ya no es una cuestión coyuntural, sino que es algo estructural en el mediano plazo.
Esta perspectiva, plantea hoy una necesidad concreta; imaginar con la mayor precisión esa nueva configuración. ¿Cómo será la nueva sociedad argentina que combine los efectos de los años '90, la recesión, la crisis, la devaluación, la post-crisis y el cambio de modelo económico que genera otros ganadores y perdedores?
La primer concepción de un país dividido en dos grandes grupos un 30% por un lado y un 70% por el otro (Base para la introducción del concepto del nuevo paradigma), sociedad fragmentada vs. sociedad homogénea, permitió pensar las estrategias de supervivencia en la crisis. Pero la crisis quedo atrás y hoy necesitamos hilar fino.
Un grupo de estudiosos e investigadores del tema, se propusieron realizar una nueva clasificación por clases a partir de los datos actuales disponibles.
De acuerdo al estudio desarrollado, se concluyó que una subsegmentación sobre la realizada inicialmente (30/70) es apropiada para monitorear, profunda y operativamente las conductas de consumo.
Se recurrrio entonces a la división en cuatro grandes grupos de características homogéneas y comportamientos que tienen muchos puntos de contacto:
• Un 10%, es la clase alta. Tiene un ingreso familiar mensual superior a los $9000 y está formada por empresarios, profesionales independientes, gerentes, jefes con cierto rango, comerciantes de cierto éxito, micro emprendedores, etc. Son quienes ya no sienten la crisis, aunque no por eso olvidaron sus lecciones.
7 de cada 10 toman vacaciones y a la hora de recuperar consumo, volvieron a los bienes culturales, ropa y salidas.
El 40% va al menos una vez por mes a Las Cañitas, Palermo Hollywood, Puerto Madero o algún After Office.
El 35% habla fluidamente inglés y más del 50% es público habitual de los principales shoppings.
• Un 20%, es la clase media. Antiguamente considerado la clase media típica. Hoy es lo único que quedó de aquella clase media con posibilidad de consumir. Tener un trabajo razonable con una cierta estabilidad, es la condición que genera el ingreso de este grupo. Hablamos de profesionales independientes, jefes, empleados con algunos años de carrera, autónomos que superaron la crisis. Los ingresos mensuales de estos hogares no son para estar de fiesta, pero si vivir dignamente en la Argentina actual. Sus ingresos oscilan entre los $ 3900 y !os $ 9000 por familia por mes.
4 de cada 10 se fueron de vacaciones. El resto no pudo. En su recuperación de consumo priorizaron los arreglos para el hogar.
• Un 30%, la componen la ex - clase media (hoy clase media empobrecida). Este grupo marca las fluctuaciones o relevancias frente al consumo de alimentos, bebidas, cosmética y limpieza ya que representa el 29% de dicho mercado y aspira a un consumo mejor.
Su pasado, cultural y económico, es de clase media. Su futuro depende de cómo evolucione el país. Son sobre los que más impacto, por diversas razones, la crisis, debiendo aceptar que probablemente por mucho tiempo no puedan volver a ser clase media y a ciertos consumos importantes, como comprar una casa o un auto.
Esto genera un enorme desafió para aquellos productos cotidianos que puedan constituirse en sus preferencias o gratificaciones.
• Y un 40% que incluye a la sociedad por debajo de la línea de pobreza, es decir hogares que no llegan a los $350 de ingreso por mes. Aquí se concentran los empleos de menor remuneración, la informalidad y el desempleo.
Más del 70% de su escaso ingreso se destina a lo básico: comer. Las gratificaciones de consumo no existen o son ínfimas.
La sensación generalizada es que su situación puede ser mejor en el futuro, pero sin un cambio de fondo. La necesidad de consumir es altísima. Peso que entra, peso que va al consumo.
En síntesis, esta es una manera de mirar la sociedad. Puede haber otras. De hecho, esta herramienta se puede segmentar en grupos de 10%.
Este 10/20/30/40 es un buen paso para CEOS, Directores, Gerenciadores y todos los involucrados en las empresas de consumos masivos a fin de que ordenen el pensamiento y el análisis para esta nueva etapa de precisión.
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