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CONTROL DE CALIDAD - METODO DE MUESTREO

METODO DE MUESTREO PARA PACKAGING CELULOSICO.

OBJETIVO
Definir un procedimiento de muestreo de un lote (pallets o cajas de cartón ondulado contenedores de packaging) a fin de obtener un conjunto representativo de muestras para ensayos y control.

CAMPO DE APLICACION
Este método es aplicable a todos los tipos Packaging Celulósico.

PRINCIPIO
En cada lote es escogido al azar un cierto número de pallets o cajas contenedores de packaging celulósico.

Al azar significa que hay la misma probabilidad para que cada uno de los componentes del lote sea elegido. De cada una de estos pallets o cajas contenedoras se tome un número determinado de muestras. De estas muestras se obtienen las probetas necesarias pare los distintos ensayos y controles.

Definiciones:
Un Lote es una cantidad de pallets o cajas contenedoras de una especie o tipo que se considera homogéneo y puede estas constituido por uno o varios pallets o cajas contenedoras.

Un Conjunto de muestras es el número total de muestras de un lote.

Una Muestra es un packaging extraída de un pallets o caja contenedora.

Una Probeta es un trozo de packaging celulósico extraído de una muestra.

PROCEDIMIENTO
4.1. Determinación del número total de muestras
El numero mínimo de muestras a tomar de un lote se determinará por la siguiente formula:



donde:
n = número total de muestras
N= número total de pallets o cajas contenedoras.

4.2. Selección de muestras
En cada uno de los pallets o contenedores seleccionados según la cláusula 3, se procederá de la siguiente forma:
* Después de quitar los materiales de embalaje, serán eliminados al menos las cinco primeras capas de packaging.
* A continuación, se recogerán al azar, tantas muestras como fuera definido en la cláusula 4.1.

4.3. Manejo de las muestras
Se conservarán las muestras en posición plana, sin aplastarlas, y serán protegidas contra la luz solar, líquidos o cualquier cosa que pueda alterar su estado inicial.

4.4. Marcado
Las muestras serán marcadas en una esquina de tal manera que se asegure una identificación perfecta.

4.5. Muestras repetidas
Si es necesario repetir el muestreo, será de acuerdo con este método. A menos que se especifique de otra forma, y si es posible, las muestras no se tomarán de los pallets o contenedores utilizados en el primer muestreo.

5. INFORME
El informe contendrá los siguientes ítems:
- Fecha y lugar del muestreo.
- Datos personales de/las persona/s que intervinieron en el muestreo.
- Nombre o código del fabricante.
- Tamaño del lote.
- Número y tipo de los pallets o contenedores.
- Número de muestras obtenidas según la cláusula 4.1, en el primer muestreo.
- Señales de identificación sobre las muestras.
- Detalle de cualquier desviación de este método.
- Cualquier otra información que pueda ayudar a la apreciación de la validez del
conjunto de las muestras.

AUTOR: FEFCO





MANAGEMENT - LA ESCASEZ DE TALENTOS



FALTA DE TALENTOS EN EL MUNDO

Ante la escasez a nivel mundial de talentos, estudios recientes, revelan la magnitud del problema en Argentina, problema que se repite en los países de centro y Sudamérica.

A comienzo de este año, se encuestaron 36856 compañías de 29 países del mundo, entre los que se encuentran 1.859 empresas sudamericanas, a fin de determinar los puestos laborales que presentan enormes dificultades para ser cubiertos.

En Argentina, se entrevistaron 821 empleadores, de los cuales el 53 % afirmó enfrentar dificultades para encontrar personal (menores a 45 años) calificado.

En Sudamérica, las 1039 compañías consultadas arrojaron un porcentaje del 62.5 % y la escasez abarca de ejecutivos hasta operarios de producción.

Los profesionales más demandados y escasos en Argentina son: técnicos, gerentes y ejecutivos, oficios manuales calificados (electricistas, soldadores o albañiles), gerentes de ventas, ingenieros, conductores, asistentes administrativos y personales, vendedores, mecánicos, servicios al cliente y atención al cliente.

La globalización, la virtualización y el cambio total de tecnologías cada 18 meses, producen que el fenómeno global de la escasez de talentos sea mundial, agravándose día a día, debido a cambios demográficos, prácticas empresariales como la tercerización o la búsqueda e incorporación de talentos del exterior.

Si incursionamos en el porque de esta frontera, observamos que en general el crecimiento tecnológico puede superar esta frontera; pero debido al vertiginoso avance e incorporación en la tecnología de sistemas computacionales que regulan i dirigen sus operaciones, la capacidad de desarrollo de los software realizados por los especialistas no puede bajar esta frontera.

Algunos opinarán, pongamos a trabajar mas talentos, pero la formación de ellos es costosa y lenta (no se realiza la inversión que la educación necesita, por parte de los gobiernos y las compañías, ya que la educación para muchos es un gasto en vez de una inversión económica) y las industrias o compañías mencionadas succionan del mercado los talentos.

En Argentina, como en el resto de Latinoamérica, el aspecto demográfico no es tan negativo (utiliza un mix de tecnologías de primera línea, con otras –mayoritariamente- mas atrasadas) como en los países desarrollados; aunque Sudamérica alcanzará en 2015 su cenit demográfico (se estima que existirán dos personas activas por cada dependiente - niños y ancianos-).

El mayor problema de Argentina se centra en el nivel de educación y de formación de la fuerza laboral.

Nos debe preocupar que esta situación se manifieste en un país con unos 1,4 millones de desocupados, y la falta de medidas preventivas para evitar la escasez de talentos.

A fin de enfrentar esta situación los empresarios, sugieren invertir en capacitación profesional y técnica, mejorar los vínculos con las instituciones educativas, ofrecer a los estudiantes una muestra de las aptitudes laborales reales y necesarias, la reinserción de desempleados y subempleados, la promoción de la integración de ciertos grupos como los discapacitados y la incorporación de mayores de 50 años con mucha experiencia a fin de capacitar rápidamente a la joven fuerza laboral.

Internacionalmente, los empleadores enfrentan los mismos problemas: en promedio, estas dificultades están presentes en el 43 % de los casos.

En Sudamérica, EE.UU. y Centroamérica, por ejemplo, el 68% de los empleadores afirman tener importantes problemas para encontrar personal calificado.

Las mayores dificultades están en Costa Rica (93%), México (85%), Nueva Zelanda (65%), Australia (63 %) y Japón (61 %).

Mientras que la escasez es menor en la India (9%), Irlanda (17%) y China (21%).

Félix Aracri





I + D - INVESTIGACION BASICA DE POLIMEROS - BLOG 1

CUANDO SE ESTIRA UNA HOJA DE POLÍMERO, ÉSTA SUFRE UN ADELGAZAMIENTO LOCAL ANTES DE DESGARRARSE.

Por Jearl Walter.

Muchos son los polímeros laminados, entre ellos los que se emplean para envolver alimentos, que se comportan de manera peculiar frente al estiramiento.

Tales láminas, en efecto, ni se rompen de golpe como los hilos, ni se estiran como las gomas. Al principio se resisten fuertemente al estiramiento, cediendo luego de repente con una disminución del espesor o de la anchura (perpendicularmente a la dirección de estiramiento), o de ambos. Tal estrechamiento suele conocerse como formación de un cuello, estricción o estirado en frío. (Esta tercera expresión se emplea por oposición a un estrechamiento parecido que sufren las barras de metal calientes cuando se estira de ellas.)

Probemos con una hoja de plástico elástico tirando de sus dos extremos.

Al principio tendremos que tirar con fuerza para conseguir moverla algo, pero después el plástico se estira estrechándose repentinamente. Una vez llegado a este punto, el plástico presenta menos resistencia al estiramiento y la zona estrangulada comienza a propagarse hacia los extremos. Cuando esa propagación alcanza un grado apreciable, hay que volver a estirar con fuerza hasta que el plástico termina por desgarrarse por la zona estrechada.
Antes de que les exponga la mecánica del estiramiento, permítanme que les hable de un efecto bastante desconcertante de este fenómeno. Algunas hojas de polímero son transparentes, aunque oscurecen la imagen. Así, cuando pretendemos leer una página impresa a través de una de ellas, hay que mantener el plástico muy cerca del papel; conforme lo vamos alejando del texto, las letras no tardan en oscurecerse tanto que resultan ilegibles. Esa fosquedad obedece, a la difusión de la luz en las moléculas del plástico. La distancia a la cual es posible leer a través del film constituye una medida de la intensidad con que se difunde la luz.
Si estiramos ahora la hoja de plástico de manera que sufra una estricción, la luz atravesará menos materia (o sea, menos moléculas) y la difusión resultante debería ser menor; deberíamos poder leer a través del plástico aun situándolo a una mayor distancia de las letras. Por lógico que parezca este razonamiento, es evidente que no concuerda con la situación que se presenta en la figura 1.




Esa fotografía se obtuvo estirando y provocando la estricción en la mitad de una banda de polímero, que luego tendí sobre un portaobjetos de microscopio. El portaobjetos fue colocado inclinado y fijado con plastilina, sobre una página impresa, de tal modo que la distancia entre ésta y la banda fuera variable. Allí donde la zona no afectada por la estricción se encuentra más alejada de la página, el texto se ve borroso aunque legible, mientras que en la parte estrangulada el texto se percibe borroso del todo, incluso donde la banda está muy cerca del papel. La causa es sutil; lo veremos más adelante.

Un polímero es una molécula de gran tamaño, formada por la repetición de cierta unidad química llamada monómero. La gran cantidad de polímeros diferentes con que podemos toparnos en nuestra vida cotidiana presenta una amplísima gama de propiedades mecánicas y ópticas. De entre los que exhiben estricción, he elegido dos para tratar aquí de ellos.

Uno es el polietileno, que suele encontrarse en las cocinas en forma de saquitos, bolsitas a hojas (a menudo, autoadhesivas) para guardar o envolver alimentos. El monómero del polietileno es una sencilla agrupación de dos átomos de carbono y cuatro de hidrógeno. En una lámina de polietileno, las zonas donde las grandes moléculas de polímero se agrupan en minúsculos cristales están separadas por zonas amorfas carentes por completo de organización. El otro polímero que he elegido es el parafilm, cuyas láminas encontraremos en cualquier laboratorio químico o biológico, donde se emplean para sellar vasos y otros recipientes.

La estricción es en gran medida el resultado de la orientación de las moléculas del polímero. Consideremos una hoja de polímero cuyo espesor mengüe, a imaginemos que pudiéramos ver sus moléculas. Inicialmente podría ser que estuvieran organizadas a pequeña escala (cristalizadas en parte, o más o menos alineadas por el proceso de fabricación); o puede incluso que estuvieran orientadas completamente al azar.

Cuando tiramos, la hoja sólo podrá alargarse si las moléculas son capaces de girar o desplazarse alineándose con la dirección de la fuerza y adaptarse así al aumento de longitud. Al principio, los enlaces químicos se oponen a la reorientación: la hoja sólo se estira un poco. Pero en cuanto la fuerza alcanza cierto valor crítico, las moléculas de la zona más débil de la hoja ceden, rompen sus enlaces más débiles, se deslizan unas sobre otras y tienden a alinearse figura 2.












En esa zona, la hoja de plástico cede a regañadientes, sacrificando su espesor a la longitud. Aunque, por otra parte, gana resistencia mecánica, en el sentido de que las moléculas reorientadas han roto sus uniones más débiles y se quedan con las más fuertes.

Si seguimos tirando, se alinearán más moléculas en la zona de estricción y disminuirá aún más el espesor. Cuando ya estén alineadas un gran número de moléculas, el espesor se habrá reducido al máximo; los enlaces entre las moléculas serán, entonces, demasiado fuertes para permitir que prosiga la deformación. Si no dejamos de tirar, las moléculas que a continuación se rindan serán las situadas en los "cuellos" de la estricción, con lo cual ésta se propagará en la dirección de la fuerza aplicada.

Cuando la estricción se haya extendido a toda la hoja, la naturaleza "endurecida" de las interconexiones de las moléculas, que afectará ya a toda la hoja, hará necesario que volvamos a tirar con fuerza para estirarla todavía más y no tardará en desgarrarse antes que seguir cediendo.

Para preparar el parafilm del que me serví en el experimento, empecé cortando una banda rectangular con unas tijeras, la coloqué bien plana sobre una mesa y luego le adosé a los extremos cinta adhesiva, de embalar, muy robusta. Con regla y pluma, tracé líneas a lo ancho de la banda a intervalos de dos milímetros. Después llevé la banda a un gato de laboratorio, apretando con fuerza los extremos encintados contra la cara del gato. (En lugar de éste, puede emplearse un tornillo de banco.) Así la banda quedó extendida verticalmente entre las caras del cricket; lisa y plana, aunque no tensa

Medí y anoté la longitud vertical de la banda y su anchura de izquierda a derecha. Para medir el espesor con el micrómetro, aflojé primero el tope móvil del instrumento lo suficiente para permitir que la banda pasara por entre ambos topes y, después, apreté éstos gradualmente a la vez que movía despacio el micrómetro en pequeños círculos. Cuando los topes se encontraron lo bastante cercanos para apresar la banda de plástico, los aflojé lo justo para que no apresaran la tira; anoté en ese momento la lectura del micrómetro. Medición que repetí varias veces y saqué la media de los resultados. La banda presentaba unos 0,14 milímetros de espesor.

Entonces comencé a girar el tornillo del gato, separando las caras y estirando la banda. A1 principio costaba hacer girar el tornillo, pero cuando hube estirado la banda en el orden del 9 por ciento, cedió bruscamente y apareció un adelgazamiento localizado en una estrecha franja que atravesaba la tira de un lado a otro. Descubrí que las líneas de tinta estaban separadas un 25 por ciento más en la zona del estrangulamiento, mientras que las líneas del resto de la banda no mostraban ningún tipo de separación adicional.

Conforme proseguía girando el tornillo del gato, la estricción progresaba poco a poco hacia las dos caras del útil, alargando la separación de las líneas que encontraba en su avance. Este no era uniforme: tras cada vuelta del tornillo, en los "hombros" de la zona de estricción se notaban unas "islas" de material no estirado visiblemente distinto del material estirado que las rodeaba. A cada vuelta del tornillo, medía la longitud, la anchura y el espesor de la banda y la separación de las líneas en diversos puntos. Cuando hube alargado la banda un 90 por ciento aproximadamente, todas las líneas mostraban ya una separación adicional.

Alcanzado un alargamiento del 150 por ciento (o sea, cuando la tira se alargó hasta dos veces y media su longitud original), las líneas de la zona de estricción original estaban separadas hasta 9 milímetros (lo que corresponde a un alargamiento del 350 por ciento) y el espesor se había reducido a 0,064 milímetros. Las demás líneas estaban separadas 3,5 milímetros (el material se había estirado del orden del 75 por ciento) y el espesor se había reducido algo. Era evidente que el estrechamiento y adelgazamiento se estaban propagando a lo largo de la banda. Con la siguiente vuelta del tornillo, la banda comenzó a romperse por la zona de estricción; debióse quizás a una pequeña muesca que había dejado con las tijeras en uno de los lados de la banda.

(Podría haber arreglado la rotura con un poco de cinta de embalar, pero la dejé como estaba.).

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El proceso de estiramiento de la banda puede seguirse con una representación gráfica de la "tensión convencional" en función de la "deformación unitaria" (figura 4).


Esta última, que mide el grado de estiramiento, es el cociente entre la variación de longitud de la banda y la longitud inicial de la misma sin estirar. Por ejemplo, cuando se duplica la longitud de la banda, el alargamiento es del 100 por ciento y la deformación unitaria es de 1,0.

La tensión convencional es el cociente entre la fuerza con que se tira de la banda y la superficie de la sección transversal tomada en la cara del extensor.

Tal superficie no varió en el curso del experimento, por lo cual los cambios de valor de la tensión convencional reflejan las variaciones en la intensidad de la fuerza aplicada.

En mi caso, al no poder medir la fuerza de tracción, sólo me fue posible registrar gráficamente mis impresiones subjetivas.

Cuando giré el tornillo por primera vez, la tensión se elevó y la banda se estiró marginalmente.


Cuando la deformación unitaria llegó a 0,09 comenzó la estricción de la tira, que se alargó bruscamente, con lo que se alivió la tracción ejercida por el gato y disminuyó la tensión padecida por la banda.

Al ir girando el tornillo aún más, aumentando así la deformación unitaria, la estricción se acrecentó y la tensión siguió disminuyendo.

Si hubiera sido capaz de estrechar por completo la banda sin que ésta se desgarrara por culpa de las muescas accidentales (muy cerca de ello estuve con varias muestras), la tensión hubiera empezado a aumentar de nuevo conforme las moléculas fuertemente ligadas se opusieran al estiramiento ulterior.

Finalmente, la tensión habría partido la banda como si de un hilo quebradizo se tratara.

Antes de que aparezca la estricción, la tensión convencional actúa sobre toda la banda, en todas las secciones. Sin embargo, tras la estricción, la tensión en la zona afectada es mayor que la tensión convencional, puesto que en ese lugar la superficie de la sección transversal se reduce.

Esa tensión local se llama tensión verdadera y es el cociente entre la fuerza de tracción aplicada en la zona y la superficie de la sección transversal de esa zona. En ésta, la deformación unitaria recibe el nombre de deformación unitaria local.

En la figura 5 se representa la tensión verdadera en función de la deformación unitaria local, antes y después de que aparezca la estricción.

Antes de ésta, todas las secciones de la banda sufren la misma tensión y deformación unitaria y el punto representativo de esos valores sube hacia la parte donde se interrumpe la curva.


En cuanto aparece la estricción, el punto A, representativo de las zonas sin estricción, retrocede curva abajo y el punto B, denotativo de la zona afectada, sube aún más curva arriba; o sea, la zona de estricción sufre una tensión y una deformación mayor que las zonas sin estrangular. La línea que enlaza A y B directamente indica la tensión y la deformación unitaria en los cuellos.

Repetí estos experimentos con bandas de una hoja de polietileno transparente comercializada bajo el nombre de Glad. Lo mismo que el parafilm, las tiras de este envoltorio de alimentos oponían tenaz resistencia al estiramiento inicial cediendo luego bruscamente. Sin embargo, a diferencia del parafilm, presentaban estricción en anchura. de izquierda a derecha, y no en espesor.

El estrechamiento, originado en un lugar, se propagaba después gradualmente arriba y abajo de la banda, confiriendo a ésta el aspecto de un deforme reloj de arena. La banda, antes mismo de partirse, presentaba un alargamiento que llegaba al 180 por ciento; su anchura inicial de tres centímetros se había reducido a 0,9 en la zona más estrecha. Ahí, las líneas trazadas a tinta mostraban una deformación unitaria local del orden de 4,0.

Regresemos ahora sobre la cuestión de la letra impresa vista a través de una hoja de polímero.
El tema fue abordado, en 1973, por David Miller, del Hospital Beth Israel y la Universidad de Harvard, y George B. Benedek, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en su libro Intraocular Light Scattering.

A este efecto lo llamaron "fenómeno del desnudo en la ducha". (Agradezco la referencia a Craigh F. Bohren, de la Universidad estatal de Pennsylvania.)

Para estudiar la razón del sobrenombre, imaginemos que estamos contemplando la ducha de alguien a través de la cortina de plástico que lo protege (o de una puerta rígida del mismo material). Si la persona se encuentra cercana a la cortina, distinguiremos sin dificultad detalles anatómicos; pero, si se sitúa más lejos, los detalles, muy borrosos, no se distinguirán.

Una dependencia similar de la visibilidad con la distancia puede observarse con una cinta adhesiva corriente, de plástico. Sosténgase la cinta (con el lado adhesivo hacia arriba para que no se pegue) encima mismo de esta página, y súbase después gradualmente. Conforme aumente la distancia a la página, las palabras comenzarán a difuminarse hasta tornarse ilegibles.

Para entender cómo se produce la difuminación, centremos la atención en un punto ortográfico de la página. Cuando la luz procedente del punto atraviesa la cinta adhesiva, las moléculas de ésta la difunden (figura 7).


Merced al proceso de difusión, cada rayo original se abre en un estrecho haz cónico centrado en la dirección del rayo original. Podemos caracterizar cada cono por su semiángulo, es decir, por el ángulo que forman los rayos más desviados del cono con la dirección del rayo original.

Supongamos que la cinta se encuentre justo encima del punto y que lo miramos con un
ojo cerrado, desde una distancia de al menos 40 centímetros.
Con el ojo abierto interceptaremos unos rayos que serán aproximadamente perpendiculares a la cinta y que se habrán difundido por las moléculas situadas en la recta que une el ojo con el punto, o por moléculas contiguas a esa recta.

Los rayos difundidos por moléculas más apartadas no incidirán en nuestro ojo y no contribuirán a nuestra visión.

Al tratar de percibir la fuente de los rayos interceptados, nuestro ojo los extrapolará hacia la página, dando la impresión de que proceden de una mancha centrada en el punto verdadero.
Esa mancha no aparecerá con la misma nitidez que el punto, pero aun así será reconocible. Su radio equivaldrá, aproximadamente, al producto de la distancia punto-cinta por la tangente del semiángulo de los conos de difusión.

Seguidamente, elevemos la cinta dos o tres milímetros. Tal como se muestra en la ilustración (figura 7), el semiángulo de cada cono de difusión no varía, pero la mayor distancia punto-cinta esparce más la luz sobre la cinta, con lo que interceptaremos rayos procedentes de una zona de la cinta algo más extensa y también centrada en la recta que une el punto con nuestro ojo.

Al extrapolar esos rayos hacia atrás, nos parecerá que salen de una mancha, situada en la página, algo mayor. La mancha será entonces menos clara y resultará más difícil identificarla con el punto que realmente es.

Supongamos que hay un segundo punto junto al primero. Cuando la cinta está próxima a ellos, las manchitas que percibimos son lo bastante pequeñas y nítidas para que las veamos separadas.
Conforme vayamos elevando la cinta y las manchas se vayan ensanchando, acabarán solapándose hasta que resulten indistinguibles. Tal ocurre con el desnudo tras la cortina de plástico: cuando la figura está cerca del mismo, sus detalles se aprecian bien y son reconocibles; pero, cuando la figura está más lejos, los detalles se difuminan.

Al experimentar con parafilm, observé que oscurecía los detalles de una página impresa que se contemplara a su través, igual que la cinta adhesiva. Asumí, por hipótesis, que el grado de difuminación debía depender del espesor de la hoja de plástico.

Para cierto espesor de ésta, cada rayo procedente de un detalle dado debe atravesar determinado número de moléculas, sufriendo una difusión en un cono de cierto semiángulo; a este semiángulo corresponde establecer a qué distancia de la página puedo sostener la hoja de plástico sin dejar de percibir el detalle en cuestión.

Cabría presumir que, si la hoja adelgaza por la estricción, la luz fuera difundida por menos moléculas y se repartiera así dentro de un cono más estrecho, gracias a lo cual podría yo seguir distinguiendo los detalles con la hoja de plástico más alejada que antes.

Para contrastar esta idea, coloqué un pequeño trozo de parafilm sin estirar sobre uno de los orificios de una plantilla de dibujo técnico y situé el orificio encima de tres pequeños puntos, que marqué con lápiz en un papel. Los puntos formaban una esquina y estaban separados un milímetro vertical y horizontalmente. Icé entonces la plantilla mientras miraba los puntos a través del parafilm. Cuando éste se encontraba a unos dos centímetros del papel, los puntos se difuminaron simultáneamente.

Esta observación la repetí varias veces y saqué la media de las "alturas de difuminación".

A continuación sustituí el parafilm por otro trozo que ya había estirado con el criket. Para mi sorpresa, descubrí que los puntos se difuminaban cuando el plástico se encontraba a sólo medio centímetro de ellos. Además, los dos puntos paralelos a la dirección de la estricción se difuminaban alrededor de un milímetro anterior a los dos puntos orientados perpendicularmente a esa dirección. (Desde luego, esa discrepancia podría haberse debido a una separación desigual entre los puntos situados en las direcciones horizontal y vertical, pero persistió incluso cuando giré el papel 90 grados en torno a mi visual.) Aunque mis observaciones fueron sin duda toscas, indican que, cuando el parafilm sufre estricción, difunde la luz en conos cuyo ancho viene a cuadruplicar la de los conos que se crean cuando la hoja de plástico no se ha estirado.

En mi opinión, la difusión aumenta a causa de la alineación de las moléculas provocada por la estricción.

Cuando la luz se propaga en un medio transparente cuyas moléculas están orientadas al azar, o bien organizadas a una escala mucho menor que la longitud de onda de la luz, se dice que cada molécula difunde la luz independientemente de las otras moléculas.

En tal caso, la luz que por el efecto de difusión es desviada con respecto a la dirección de propagación original es probable que sea anulada por la luz difundida en la misma dirección por otra molécula. (Es decir, cada cresta de una onda coincide con un valle de otra onda y una y otra se interfiere destructivamente.) Por tanto, el semiángulo del cono de difusión se mantiene pequeño.

Pero si, por contra, las moléculas están distribuidas siguiendo cierta organización, y si el espaciado asociado a esa organización es del mismo orden que el valor de la longitud de onda de la luz, las moléculas no difunden la luz independientemente, sino de una manera organizada.
Cuando dos ondas luminosas son difundidas en la misma dirección, las crestas de una onda quizá no coincidan exactamente con los valles de la segunda, la anulación de la luz difundida hacia ese lado es menos completa y el semiángulo de cada cono de difusión se hace más ancho.
Evidentemente, al alinear yo las moléculas provocando estricción en el parafilm, lo que hacía era organizar el fenómeno de difusión, abriendo el cono de difusión y aumentando el emborronamiento producido por la hoja de plástico.







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REPRESENTACION TRIDIMENSIONAL

En general, la morfología del packaging celulósico, se basa en su representación tridimensional listo para su empleo.

La determinación de las dimensiones de un Packaging plegable, esta determinado en función de
la apertura de llenado del envase puesto en volumen ( A x B x H).
Donde:
A = LONGITUD, es el lado mas largo de la apertura, (o distancia entre solapas laterales).
B = ANCHO, es el lado mas corto de la apertura (o lateral de A).
H = ALTURA, es la tercera dimensión (lado que no interviene en llenado).

Las morfologías aquí expuestas responden a requerimientos determinados por Pegadoras / Plegadoras y armado manual o automático por los usuario y es una introducción de las miles existente que producen como yo denomino "una expresión libre" diseñadores gráficos e industriales.

En general este grupo puede clasificarse como packaging rectangular con chapetón o aleta de pegado (en H siempre se prevé un chapetón de pegado) y todas sus caras exteriores son perpendiculares entre si.













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REPRESENTACION TRIDIMENSIONAL

Grupo de packaging rectangular sin chapetón de pegado (no existe ningún pegado lateral), armadas por plegado.











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REPRESENTACION TRIDIMENSIONAL


Cajas plegables con la incorporación del producto en los envases.
En general poseen características ergonómicas.









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REPRESENTACION TRIDIMENSIONAL

Grupo de packaging no rectangulares, con chapetón de pegado (en H siempre se prevé un chapetón de pegado), por lo menos una de las caras exteriores no es perpendicular a fin de permitir el plegado.

H puede ser perpendicular al fondo o presentar un ángulo variado.



















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REPRESENTACION TRIDIMENSIONAL

Grupo de packaging no rectangulares, sin chapetón de pegado (no existen chapetones longitudinales en H).

Existe un mínimo de una cara no perpendicular.

La altura H, puede ser perpendicular o presentar o presentar un ángulo cualquiera respecto del fondo.

Grupo de packaging plegables con integración del producto. Es integrado directamente al producto al ser embalado.

Su diseño ergonómico, responde a las necesidades del consumidor.









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REPRESENTACION TRIDIMENSIONAL

Grupo libre de Packaging plegable.
Responde a los avances y desarrollos de nuevos dispositivos de las pegadoras / plegadoras y los adhesivos utilizados.























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MORFOLOGIA DEL PACKAGING - REPRESENTACION TRIDIMENSIONAL

Cierres, dispositivos y accesorios utilizados en el packaging.
Se los suele clasificar en razón de su función.